Reflexionando.

Hoy no os voy a enseñar ninguna casa. Tampoco una de mis recetas o la última transformación que salió del taller, ni siquiera una foto. Hoy simplemente me apetece compartir con vosotros... "mis historietas".

Lo bueno que tiene esta pequeña-gran ventana que es internet, es que se puede decir lo que quieras (o casi!), sin miedo al pánico que suponer hablar en público o a contar lo más profundo que tienes dentro porque no tienes a otras personas delante...aunque juzgarte te juzgarán igual! (eso está claro), pero... parece que el dolor se lleva de otra manera.

Todo este "jaleo" muebleril que siempre llevo entre manos, no me viene de unos años aquí no!, el gusto por cuidar los detalles, el interés por los los trastos y chismes viejos y el transformarlos o querer conservalos siemplemente por el hecho de compemplarlos es algo que me viene de siempre. Recuerdo cuando era una cria y pasaba largas temporadas en el campo, en la finca de mis abuelos, como me gustaba coger flores silvestres para adornar esas casitas que me hacía con maderas, plásticos y cajas de frutas que cogía por el campo , para que mi "choza" estuviera bonita, hasta le robaba la escoba a mi madre para barrerla y todo!!.

Entrar a la habitación de mi abuela, muchas veces a escondidas, porque no le gustaba que andáse por la casa cuando ella no estaba. Abría un poco el postigo de madera de la ventana y me sentaba en el pequeño tocador con cajones y espejo todo labrado que tenía mi abuela. Siempre jugaba a escondidas en ese sitio, "olisqueaba" en los cajones, me cepillaba el pelo con su juego de tocador e imaginar dónde pondría yo ese mueble si fuera mio, que cosas guardaría, quién lo compraría...igual me pasaba con otras muchas cosas. Todo lo que había en esa casa me parecía interesante, así que siempre andaba preguntando a mis abuelos para que me contasen la historia de todo lo que allí había, desde la romana que había en el molino de la harina, hasta la gran caja de latón con un velero pintado, que había en el cuarto de mi tía Maleni.

La vida con bastante frecuencia te suele llevar por caminos que NO son por los que realmente queremos ir. Y cuando no es por una cosa pues es por otra, el caso es que con bastante frecuencia terminas haciendo algo que no es lo que realmente querías. Sin embargo, el universo o como quieras llamarlo (en el que yo creo firmemente), siempre se alinea y te intenta tirar un cable dejandote "pistas", para que te puedas reconduzcir a lo que siempre quisiste hacer o estar.

El saber leer y entender esas pistas es lo más complicado de todo. Ese es el punto en el que yo me encuentro ahora, esa parte del camino la que has leido los mensajes y tienes que tomar la decisión: o giras a un lado o sigues recto y haces caso omiso a las señales. Girar sería lo más bonito pero siempre le entra a uno el pánico y le empiezan a venir ideas como...y de que voy a comer mientras? Y si fracaso?. Hay está el miedo.

 

 

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