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El título de hoy lo dice todo. Los espejos son una altenativa a la hora de darle vida a esa pared desnuda que tenemos por casa. Una composición de lunas en diferentes tamaños y con marcos distintos, desparejados entre ellos, dará una sensación de vivido al lugar, más aún si esos espejos tienen muescas, veladuras o pequeños puntos de humedad producidos por el paso del tiempo. Aportarán luz y sensación de amplitud a los espacios sombrios y pequeños, detalle que me parece muy importante.

La casa que os enseño está en Suecia, tiene una mezcla estilos entre rústico, nórdico, shabby (para los que no conocéis este término: desarrapado, desaliñado, "cutre" pero con estilo... es lo que viene significando). Un conjunto en el que encontramos piezas desde las más vintage, como la cama turquesa, o el estilo industrial de los sofás de palets. Creo que el resultado es muy bonito y nos puede servir de ejemplo para quitarnos esos miedos a combinar tanto colores, como cosas aparentemente desparejadas o que a priori solemos decir "que no casan".

Madeleine Boulesteix, es una artista que descubrí hace unos años, por casualidad y cuya obra no sólo me dejo con la boca abierta, sino que fué toda una fuente de inspiración para mi. Madeleine es inglesa, estudió arte en una de las escuelas más prestigiosas de Londres la "Brithish Council Art School". Su creatividad y su pasión por transformar todo cuanto caía en sus manos le venía desde niña. Pero su gran idea no llegó hasta que un día recogió del contenedor de la basura 40 lágrimas de cristal de una vieja lámpara que álguien había tirado.